30 enero 2011

tendré que enseñarte la diferencia entre una discusión hostil y un debate inteligente.
Donde duele inspira.

20 enero 2011

La serpiente que se muerde la cola. La pena y el miedo ajeno. Un café frío y sin azúcar. El tabaco sin mechero. La farola sin luz. Los truenos sin relámpagos. El miedo de tener ganas o las pocas ganas de no tener miedo. El (no)sonido en el vacío. Un útimo día del año. La carta sin destino. La pluma sin tinta. El piano sin teclas. El dardo que no dió en el centro de la diana. Los besos que no encuentran labios y caderas donde derramarse. Un amor correspondido sin consumar. Un lienzo en blanco, el pincel con su ausente pintura. Una felicidad paradójica y triste. Una playa sin mar. La llave que se perdió del candado. Una foto desenfocada. Un ramo sin flores. El disco rayado. Una llamada que nunca llega. La lágrima que no quiere escapar. Mi colchón sin tu cuerpo. El agua fría en la ducha. El tren del andén de ninguna estación. El botón sin ojal. Las notas sin pentagramas. El hijo bastardo. Un velero sin mar. La herida que no para de sangrar, las cicatrices que no cierran. Las integrales que nunca consigues resolver. Un pozo sin fondo.
Las cosas que nacen siendo final.
Amar sin desear.
Una puta enfermedad terminal.
La ausencia de tu voz al teléfono.
La llama sin gas donde explotar.
Una canción sin estribillo.
Una rima mal construida.
Un texto sin sentido
sobre cosas vacías.

13 enero 2011


No pretendo que me abraces por detrás y me rodees con los brazos a modo flotador. Ni que me digas "yo voy a salvarte" cada vez que parezca que el día haya conspirado contra mí y esté jugando a hundir la flota. No quiero que te acoples en mi vida a modo trinchera ni me cubras las espaldas en todas mis batallas mentales. Tampoco que pienses en plural cuando te despiertes por las mañanas. Que conozcas que prefiero el café recién hecho bajo la manta en el sofá y que me regales palabras y pensamientos de vez en cuando. que cuando tengas un motivo para sonreír, me hagas saber que yo soy causa primera. Que completes el eslabón que falta de la cadena y me apartes el pelo de la cara con las dos manos y una sonrisa cuando salga de la ducha empapada.