Y quise volver a detener el tiempo y volver a tocar tu piel suave que tan bien conocía. Y quise volver a mirarte en aquella habitación desordenada viéndote abrir esa botella. Y quise volver a decirte aquello de “se me olvidó vivir”. Y quiero hacerlo sin que tú sepas qué es lo que haces aquí. Y quise volver a sentir mi poderosa aliada, la inercia. Esa maldita impulsividad que sentía al saber que me estabas alcanzando los ojos más bonitos de todos los ojos bonitos que jamás podría tener delante...
y aún siendo consciente de la libertad que así le otorgarías a mi caos.