hay algo de muerte en su beso, que confiado me aguarda.
la muerte siempre sabe a dónde va.
hay algo de muerte en su caricia, que averigua sigilosa mi espalda.
la muerte siempre sabe a dónde va.
no obstante, prefiero el caos de su beso sobre mi beso,
a la calma asintomática de las mañanas que ahora nos preceden.
a esta incesante retahíla recalibrando su caricia plural
ahora hacinada a la espera en mi espigón.
la seguridad que la muerte de su beso
asevera paulatina,
asevera paulatina,
o la incertidumbre de una muerte oportunista.
prefiero extinguirme con su beso,
una caricia mortal.