17 noviembre 2010

Ansío.

En la soledad del viaje ansío,
fenecerme de amor irremediable
bajo un manto de lascivia feroz
al abrigo cómplice de las sombras.

Hallarme escrutado por el semblante
febril de una mirada sucumbida,
que aguarda en sus párpados el delirio
del hombre claudicado a la lujuria.

Sentirme ensortijado a la cintura
mientras camina mi aliento tu ombligo
y estremeces de subito la piel
anhelante ya de lluvia infinita.

Todo de ti mi amor, es cuanto ansío
unos labios batiéndote incansables
sin condición, cuartel ni regla previa
en la penumbra hostial del medio día.

Unas uñas, horadando mis carnes
que se entregan sumisas al capricho
de tus picos, ávidos en su cumbre
de ser reoca entre mis manos labriegas.

Y unos ojos, que sucumban su luz
al ardor de tu húmeda intimidad
mientras suspriso ahogan la voz
que ha de repetirte mil veces...


V.Puchol

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