"Ya no será necesario que beses el suelo por donde piso", condenó.
Es curioso observar cómo aprovechamos ese instante cualquiera, por aleatoriedad, de ruptura del silencio en mitad de una noche cualquiera, aleatoria ésta también. Un ligero carraspeo, un crujir de muebles, un suspiro, el beep-beep del despertador que marca las 04:00 en punto. El chispazo que llega desde la cocina cuando salta el compresor de la nevera. Y entonces se produce una caricia apenas perceptible, un leve roce de piernas, un suspiro, un beso a medias que desfallece en el hombro del que duerme al lado. Esperamos inalterables y pacientes el más ligero movimiento del cuerpo ajeno y, en cuanto se quebranta la tranquilidad, cazamos la oportunidad con toda la impulsividad que se nos expande desde dentro y nos colma. Nos damos la vuelta y abrazamos, nos estiramos de medio lado, suspiramos levemente. Son las 04:07 minutos.
Quién no ha recibido nunca las buenas noches en compaña y aun con esas le ha asfixiado el insomnio, dejándote acechando cual ave rapaz en la perpetuidad de la noche. Analizando la respiración ajena, acompasando el sube y baja abdominal. Crónicamente sufriendo de eso mismo: el miedo de una soledad irremediable. Cebando el temor imparable, potencial e implacable de las pérdidas inminentes. Quién no ha temido ver de por medio la distancia abismal que le separaría de quien por entonces, en un momento cualquiera, aleatorio, descansa al lado. Como si los estados de alerta y vigilia pudieran retener virtualmente ese conjunto corporal, detener ese instante, parar el frenesí que supone toda esa tormenta desoladora que justifica su comienzo en un día cualquiera, aleatorio, por un desgaste cualquiera, aleatorio. Y que ya está abocado al fin.
Compartiré generosamente dos de los consejos más grandes que ha dado siempre la capitana:
1. El cariño es lo único que realmente no se puede exigir.
2. Cada abrazo hay que darlo como si fuera a ser el último.
Destruye el miedo, es una perdida de tiempo.
ResponderEliminarFdo: Alguien que desafía al destino.
¿No crees que si cada abrazo lo dieses como si fuese el ultimo el resultado seria un abrazo interminable que no daria cabida a ninguno mas?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarjoder octubre que conste que quien ha escrito el ultimo comentario no soy yo, pero ostia que mal rollo si casi dice lo mismo que yo en el mail! visto lo visto pensaremos que toda tu transmites algo especial en general a las personas y que no fue algo personal que yo sentí aquel dia =)
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