17 febrero 2014




tus manos, que calman mi llanto 
cosecha de algún recuerdo taciturno aleatorio
e inoportuno
son una cálida extensión de ti 
que se desliza por toda esta cordillera
buscando con urgencia la cumbre 
de mis pechos
son ese gesto de aspaviento nervioso
la antesala temida de una triste noticia
pero también la caricia que responde
a dicha tormenta acaecida anterior
ya sea de magnitud desmedida

tus manos,
tan jóvenes
curtidas de experiencias
un poco deformes por golpes y heridas
bien me acunan mullidas y sedosas
o bien me empujan trémulas
intentando alejar el peligro
inminente
de hacer sangrar una herida en el mar
de tus ojos lagrimosos
donde el carroñero es mi desastre devastador 
y tu fragilidad acrisolada la carroña

pero, de todas
admiro las que más tus manos manifiestas
cuando ensanchas el pecho decidido
y colocas la mejilla valiente
libre de pavor
ante cualquier símil alzada
amenazadora
que quiera acallar tu palabra

y aún más, agradezco tu mano paliativa
que me cobija cada invierno
para mi tranquilidad
a sabiendas de que comprende este escribir
desordenado, este pelo alborotado
y este cuerpo cansado, desvalido
porque se limita a sujetar un cigarro entre sus dedos
a reposar atenta
impaciente
a que desvirgue algún papel en blanco
dibujando flores 
tratando de invocar la primavera

y es por eso que
si hay manos capaz de sostener tanta tristeza primitiva
es tanta la fortuna
que, agradecida, he de enlazar a ellas las mías y procurar no soltarme jamás














6 comentarios:

  1. Sí, eso es verdadera fortuna. Si existen esas manos, son para enlazarlas, sin apretar, sólo enlazarlas y fundirse en ellas. Y darle sentido a la palabra siempre sin ni siquiera nombrarla.
    Cuando hay algo que decir y se dice bien, también es una fortuna leer.

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    Respuestas
    1. Ante tal suerte no queda otra que rendirse y dejarse acunar. Debe ser alguna clase de pacto no hablado, una ley no escrita.
      Muchas gracias, cuando se consigue plasmar algo que una quiere transmitir el placer es mayúsculo.

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  2. unas manos así hay que quererlas mucho.

    precioso, octubre.

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  3. Todo un despliegue de recursos y sensibilidad. Gran fortuna poder escribir algo así. Poderlo contar, de este modo.

    Estoy con hilia, precioso.

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  4. Que maravilla. Cuanta intensidad, cuanta suavidad, cuanta dulzura, cuanta pasión. Ese "jamás" que suena a juramento, a puño alzado contra la soledad, la oscuridad, la muerte.
    Felicidades. Ojalá pudiera yo escribir cosas así. Y que rico poder leerlo y recrearse en las palabras, el sonido, el ritmo. Muchas gracías.

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  5. Qué poesía más trabajada. Has hecho que sienta que lo mío es pura escoria.

    Te dejo mi blog por si te apetece: www.fueenunaciudadsinmar.blogspot.com ¡Un besazo!

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