27 noviembre 2010

Dolor visceral de aquel que reclama, equiparable a ese que pide a gritos ser oido y considerado. Agotamiento involuntario por asir con una fuerza bestial las ganas intrínsecas de querer dejar de sentir este vacío acelerado y creciente en la boca del estómago, no más que una clara señal del gran afán expuesto por tratar de aprender a ignorar la infumable certeza de que no podría ocurrir menos que echarte de menos. Es realidad que exige respuesta.

1 comentario: